¡Adiós Workshops Inútiles!

Opinión

¡Adiós Workshops Inútiles!

¿Has participado alguna vez en un workshop sobre un proyecto en el que el resultado era más predecible que el final de una película de Hollywood? ¿Te has preguntado por qué diablos estás ahí, discutiendo obviedades que podrían resolverse con un simple "sí" o "no"? Pues bien, bienvenido al fascinante mundo de los workshops innecesarios.

Vamos a hablar claro: en el universo del desarrollo de nuevos productos, el concepto de co-creación suena genial. Pero, sinceramente, hay momentos en los que parece que alguien está tratando de convertir una simple web corporativa en una obra maestra de la ingeniería espacial.

Tomemos como ejemplo la creación de la web de una empresa industrial. Si el cliente te presenta un plan tan claro que hasta tu abuela lo entendería, ¿realmente necesitas un workshop (o incluso un design sprint!) para descubrir y definir lo que ya está tan claro como el agua?

Aquí está el quid de la cuestión: en estas situaciones, los workshops pueden volverse más inútiles que un cenicero en una moto. En lugar de agregar valor, terminan eclipsando soluciones obvias. ¿El resultado? Proyectos que se convierten en una especie de Frankenstein digital, donde las obviedades se disfrazan de innovación y el sentido común queda relegado a un rincón oscuro.

¿Y sabes qué es lo peor? Demasiado a menudo, el presupuesto se va por el desagüe junto con la eficacia. Los workshops pueden ser como esos amigos que te arrastran a gastar dinero en cosas que no necesitas. En algunos casos, el bajo presupuesto que queda para el proyecto termina dando como resultado soluciones más mediocres que una pizza con piña.

No todos los proyectos necesitan un workshop. A veces, el sentido común es el superpoder más infravalorado en el desarrollo de productos. 

Pero no todo está perdido. Aquí van algunas sugerencias para salir de este círculo vicioso:

  • Evalúa la idoneidad del workshop: Antes de organizar un workshop, pregúntate honestamente si realmente lo necesitas. ¿El proyecto es tan claro que podrías explicarlo en un meme? Entonces, tal vez, el workshop sea una pérdida de tiempo.
  • Moderar correctamente, por favor: Si decides ir con el workshop, sé el maestro de ceremonias del sentido común. Evita que las obviedades se conviertan en la estrella del show y mantén la mirada en soluciones reales y no en unicornios digitales.

No todos los proyectos necesitan un workshop. A veces, el sentido común es el superpoder más infravalorado en el desarrollo de productos. ¡Libéralo y verás cómo tu próximo proyecto vuela más alto que cualquier brainstorming innecesario!